El Eternauta fue por muchos años un sueño largamente acariciado por varios cineastas argentinos (entre ellos Adolfo Aristarain y Lucrecia Martel), quienes más de una vez intentaron llevarlo a la pantalla, ya sea como película o como serie, pero debido a las enormes dificultades que implicaba su producción, se fue dejando de lado.
Basada en el cómic de Héctor Oesterheld, un geólogo que pronto abandonó su profesión para escribir historietas y luego desapareció durante el gobierno militar argentino, a finales de los años 70, El Eternauta es una de las historietas más leídas y queridas no solo en su país, sino también en gran parte de Latinoamérica y algunos países europeos como España e Italia.
Tendría que llegar el siglo XXI para que finalmente se materializara este sueño, que no habría sido posible sin la plataforma Netflix, que en estos últimos años ha estado llevando a la pantalla reconocidas historias latinoamericanas, como fue el caso de la película Pedro Páramo, basada en la novela de Juan Rulfo o la miniserie Cien años de soledad, la inmortal obra de Gabriel García Márquez.
El afortunado elegido para dirigir y producir El Eternauta fue el cineasta Bruno Stagnaro (Buenos Aires, 1973), que en un principio fue un poco extraño, porque sus trabajos anteriores como el film Pizza, birra, fasso (1997) o la miniserie Okupas (2000) no tenían nada que ver con la ciencia ficción.
Para su salto al formato miniserie, se han adaptado varias cosas del cómic original, sobre todo las que hacen referencia a los tiempos y contextos; se ha tomado en cuenta que la historieta tiene más de 60 años, pero se ha respetado la esencia original de la misma; por ejemplo, su protagonista principal Juan Salvo, interpretado por el archiconocido actor argentino Ricardo Darín.
INSIGHTS LATINOS
La historia comienza con cuatro amigos cincuentones que se reúnen para jugar a las cartas en la casa de uno de ellos, y de pronto se va la luz y en pleno verano empieza a caer nieve. Lo peor es que esta nieve es mortal, porque, uno de los amigos, al intentar irse a su casa, cae muerto de inmediato, por lo que los amigos concluyen que el aire del exterior es mortal y deben encerrarse. Más tarde descubrirán que una invasión alienígena tiene mucho que ver con esta nieve.
Otro de los cambios de la miniserie tiene que ver con la modificación de los personajes, desde el ambiguo amigo que llega desde los Estados Unidos después de varios años, a la empleada de delivery, de nacionalidad venezolana, cuya inclusión visibiliza una realidad evidente no solo en la Argentina, sino en varios países latinoamericanos.
Lo que se pretende con esta producción no es solo mostrar una típica producción argentina, sino también incluir elementos y referencias de otros países de la región, por lo que podemos encontrar por allí menciones a Brasil, Uruguay, Chile y dos muy emotivas menciones al Perú, que seguramente tuvieron mucho que ver en que su estreno fuera la serie más vista de Netflix en nuestro país.
Pero no fue solo un éxito en Perú, la serie fue la producción en habla no inglesa más vista a nivel mundial y la segunda más vista en todos los lugares donde operaba Netflix en el momento de su estreno, lo que ha garantizado una inminente segunda temporada y, además, porque quedan también muchos arcos sin cerrar en esta primera parte.
Y es que se trata de una producción de alto nivel, que no tiene nada que envidiar a productos similares realizados en Europa o en Estados Unidos. Pero además de eso tiene a su favor un guion muy bien estructurado, con unos personajes bastante bien delineados, efectos especiales más que aceptables y sobre todo un elenco con un gran desempeño, en el que además de Darín participan Carla Peterson, el uruguayo César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto y la venezolana Orianna Cárdenas.
Si bien la segunda temporada no tiene todavía fecha de estreno, se espera que empiece a rodarse el año que viene, para estrenarse a más tardar en el año 2027. Desde ya muchos están esperando este momento.
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