Nos llamó mucho la atención leer en un diario español que esta serie gallega, era la séptima más vista en Netflix de Inglaterra, así que pusimos manos a la obra a ver si era verdad tanta belleza.
El Sabor de las Margaritas, nos cuenta la historia de la teniente Rosa Vargas, una supuesta novata de la Guardia Civil, que llega a un pequeño pueblo donde según sus pobladores "nunca pasa nada", a investigar la desaparición de una adolescente Marta Labrada.
A medida que avanza en sus investigaciones, Rosa se dará cuenta que la calma del pueblo, es en realidad una ilusión, porque allí tienen lugar unas reuniones salvajes donde parecen estar comprometidos "gente de muy arriba", de tan arriba que están dentro hasta del mismo departamento de policía, ya que cada vez que están tras una pista, el supuesto secuestrador o asesino se les va de las manos.
No sé que le habrán visto los ingleses a esta serie, pero la verdad es que copia mucho de los clichés y defectos de los thrillers y muy pocas de sus virtudes; a ello se agrega una sensación de ya vista, porque tiene cosas en común con la serie francesa El Bosque (La Foret, 2017), que sin ser tampoco buena, se ve mejor.
Tampoco ayuda mucho el reparto: María Mera emplea el mismo rostro desde el primer hasta el último capítulo de la serie, y sus compañeros apenas cumplen con el encargo.
Pero lo que la hace más difícil de ver es la duración y disposición de sus capítulos, a pesar de que la temporada tiene solo 6 capítulos ¡cada uno de ellos tiene más de 70 minutos!, que no se justifican para nada, pues lo que cuentan allí, fácilmente podría narrarse en 45 minutos.
Debido a su éxito, Netflix planea una segunda temporada que esperamos no solo sea mejor, sino que dosifique bien sus tiempos.
El Sabor de las Margaritas, nos cuenta la historia de la teniente Rosa Vargas, una supuesta novata de la Guardia Civil, que llega a un pequeño pueblo donde según sus pobladores "nunca pasa nada", a investigar la desaparición de una adolescente Marta Labrada.
A medida que avanza en sus investigaciones, Rosa se dará cuenta que la calma del pueblo, es en realidad una ilusión, porque allí tienen lugar unas reuniones salvajes donde parecen estar comprometidos "gente de muy arriba", de tan arriba que están dentro hasta del mismo departamento de policía, ya que cada vez que están tras una pista, el supuesto secuestrador o asesino se les va de las manos.
No sé que le habrán visto los ingleses a esta serie, pero la verdad es que copia mucho de los clichés y defectos de los thrillers y muy pocas de sus virtudes; a ello se agrega una sensación de ya vista, porque tiene cosas en común con la serie francesa El Bosque (La Foret, 2017), que sin ser tampoco buena, se ve mejor.
Tampoco ayuda mucho el reparto: María Mera emplea el mismo rostro desde el primer hasta el último capítulo de la serie, y sus compañeros apenas cumplen con el encargo.
Pero lo que la hace más difícil de ver es la duración y disposición de sus capítulos, a pesar de que la temporada tiene solo 6 capítulos ¡cada uno de ellos tiene más de 70 minutos!, que no se justifican para nada, pues lo que cuentan allí, fácilmente podría narrarse en 45 minutos.
Debido a su éxito, Netflix planea una segunda temporada que esperamos no solo sea mejor, sino que dosifique bien sus tiempos.
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