La serie de la que todo el mundo habla desde inicios de año ha sido un
éxito sin precedentes para la plataforma Apple, la cual, además de sus
producciones de alta calidad, parece haber encontrado la fórmula de volverlas populares.
Una sala de reuniones casi vacía, una mujer yace sobre una mesa; cerca de
ella un parlante le habla y trata de despertarla. Ella abre los ojos
desorientada y empieza a hacer preguntas, luego se levanta e intenta huir, solo
para comprobar que no puede hacerlo.
Ese es el desconcertante inicio de Severance, la serie creada por
Dan Erickson y dirigida mayormente por Ben Stiller, que puede apreciarse en la plataforma Apple, una
serie conocida por productos de reconocida calidad como Slow horses, Servant,
Silo, Ted Lasso, For all
mankind y, más recientemente, The studio, pero que hasta ahora no
gozaban de mucha popularidad.
Severance, que puede traducirse como ‘Separación’ (o ‘Cercenadura’,
en traducciones españolas), está situada en un tiempo indeterminado,
aparentemente el futuro (pero con elementos retrofuturistas) en una ciudad no
muy grande aparentemente del medio oeste norteamericano, donde una empresa ha
implantado chips en sus trabajadores por medio del cual pierden todo recuerdo
de su vida fuera de la empresa y dentro de ella se convierten solo en
trabajadores.
Esta suerte de “trabajadores perfectos” llamados innies (‘intus’, en
la versión en español latino) no saben nada de sus otros yo externos llamados outies
(‘exus’, en español latino), son prácticamente otras personas que no tienen
descanso, ni vacaciones, porque su existencia se activa solo dentro de su
centro de trabajo, concretamente cada vez que se abren las puertas del ascensor
de la corporación Lumon.
Pero eso no es lo único extraño en Severance; otra cosa que llama la
atención es la enorme presencia de Lumon en prácticamente todos lados. Aunque
no está nada claro a qué se dedica la empresa, sus letreros aparecen por todos
lados, y su marca está presente en cuanto objeto sea posible, especialmente en
regalos de merchandising.
Si no sabemos qué hace la empresa, tampoco sabemos qué hacen sus
trabajadores. Las cámaras lo siguen por largos pasillos blancos, hasta que
llegan a una enorme y alfombrada oficina donde en la parte central se encuentran
cuatro cubículos con computadoras que no se parecen en nada a las actuales.
Tienen unos enormes monitores monocromos, teclados antiguos y en lugar de mouse
unas esferas llamadas balltracks. Ellos se sientan y miran números, de
acuerdo a lo que “sientan” los trabajadores juntan esos números y los ingresan
en una especie de carpeta. Ni ellos saben lo que están haciendo.
REFERENTES
Enumerar los misterios de una serie que genera una gran cantidad de
interrogantes que apenas resuelve excedería largamente el espacio otorgado a
esta nota. Pasaremos a hablar mejor de sus referentes. El aspecto vidual de Severance
es único, es difícil encontrar en producciones anteriores unas oficinas tan
grandes como vacías, que transmitan esa enorme frialdad a través de tonos
azules, grises y verdes, mayormente.
Pero sí existe un referente del que la serie ha tomado esas ideas para la
escenografía y diseño de producción, se trata de la producción francesa Playtime
(1971), de Jacques Tati, una película incomprendida en su momento, pero que
ahora se ha vuelto casi una obra de culto; la crítica del New York Times Ani
Aguiar relaciona los cubículos, pasillos y oficinas de Lumon con la obra del
realizador francés.
Ella menciona también, en ese sentido, otros trabajos muy diversos como la
película muda The crowd (1928), de King Vidor, The apartment
(1960), de Billy Wilder, la cinta de Pixar The incredibles (2004) y
hasta Barbie (2023), de Greta Gerwig. En una escena concreta (la del
encuentro con las cabras) relaciona también la serie con la película de Spike
Jonze Being John Malkovich (1999).
Y claro, es imposible no relacionar su estilo retrofuturista con Brazil
(1984), de Terry Gillian, cinta también distópica ambientada en un futuro
(posiblemente siglo XXI), pero en que el que todas las máquinas y tecnologías
usadas parecen sacados de una película de los años 30.
No se pensaba que la serie durara más de dos temporadas, pero el éxito de
esta segunda ha ocasionado que Apple renueve para una tercera más y seguramente
al igual que esta dará mucho que hablar o que escribir.
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